Enfria­mien­to y con­trol de la tem­pe­ra­tu­ra de las aguas residuales

La tem­pe­ra­tu­ra del agua en las dis­tin­tas eta­pas de tra­ta­mien­to jue­ga un papel muy impor­tan­te en el tra­ta­mien­to efec­ti­vo de los flu­jos de aguas resi­dua­les. Sin embar­go, tam­bién debe­mos enfo­car­nos en el valor lími­te de tem­pe­ra­tu­ra o en las cues­tio­nes rela­cio­na­das con la recu­pe­ra­ción ener­gé­ti­ca y los malos olores.

Tem­pe­ra­tu­ra de las aguas residuales

Ade­más de ana­li­zar los flu­jos de las aguas resi­dua­les y su com­po­si­ción, el con­trol de la tem­pe­ra­tu­ra de las aguas resi­dua­les es un ele­men­to esen­cial para pla­ni­fi­car y opti­mi­zar su plan­ta de tra­ta­mien­to de aguas resi­dua­les. Los flu­jos par­cia­les de agua dema­sia­do fría cons­ti­tu­yen un pro­ble­ma, en espe­cial para los reac­to­res anae­ro­bios, como por ejemplo,

UASB (Ups­tream Anae­ro­bic Slud­ge Blan­ket), EGSB (Expan­ded Gra­nu­lar Slud­ge Blan­ket) o IC (Inter­nal Cir­cu­la­tion), dado que el meta­bo­lis­mo de las bac­te­rias depen­de de una tem­pe­ra­tu­ra míni­ma. Si el agua ingre­sa dema­sia­do calien­te en la eta­pa de tra­ta­mien­to bio­ló­gi­co pue­de dañar­se la biomasa.

Rele­van­cia comer­cial del enfria­mien­to de aguas residuales

Los ope­ra­do­res de plan­tas de tra­ta­mien­to de aguas resi­dua­les no solo se intere­san por la efi­cien­cia de su lim­pie­za sino tam­bién por los aspec­tos comer­cia­les de sus flu­jos de aguas resi­dua­les. Para pro­te­ger las aguas adya­cen­tes y los orga­nis­mos vivos con­te­ni­dos en ellas exis­ten regu­la­cio­nes, que esta­ble­cen las tem­pe­ra­tu­ras de des­car­ga direc­ta. Las auto­ri­da­des com­pe­ten­tes en mate­ria de agua deter­mi­nan por lo gene­ral en cada caso, las tem­pe­ra­tu­ras que deben obser­var­se. En la pro­vin­cia de Bue­nos Aires, por ejem­plo, este lími­te es 45 ºC. En la Ciu­dad de Lima es 35ºC.

Otro aspec­to a tener en cuen­ta es la apa­ri­ción de malos olo­res a cau­sa de flu­jos de calor en la cana­li­za­ción. De acuer­do con la tem­pe­ra­tu­ra exter­na, este fenó­meno pue­de ver­se incre­men­ta­do y ser una inco­mo­di­dad para los habitantes.

Enfria­mien­to y recu­pe­ra­ción de ener­gía de las aguas residuales

Las torres de enfria­mien­to, los enfria­do­res por pelí­cu­la des­cen­den­te y los recu­pe­ra­do­res de calor de tubos y de pla­cas  han demos­tra­do ser solu­cio­nes úti­les en el enfria­mien­to de aguas de pro­ce­so. Sin embar­go, en la prác­ti­ca se impo­nen otros sis­te­mas. Una solu­ción via­ble es usar inter­cam­bia­do­res de calor en espi­ral, pero estos traen apa­re­ja­do un alto cos­to de man­te­ni­mien­to. Con los sis­te­mas auto­lim­pian­tes, como los inter­cam­bia­do­res de calor por rota­ción E‑Plate hemos resuel­to este problema.